Acorralado, así se sentía el asesino. Bastaba una mirada a su casa para darse cuenta que estaba esperando el asalto final. Sabía que el detective lo seguía muy de cerca y tenía su fotografía, por eso no se arriesgaba ir a la ciudad. Se aisló en la casa de la playa, es que nunca se imagino sería su fortaleza. Tantas veces le dijo a Laura que la llevaría allí, que se imaginaba que ella estaba con el, rondando la playa.
A pillo no le costó nada el cambio de dueño, con un poco de comida se olvidaría del tiempo que pasaron juntos. Lo regaló a una pareja que encontró en el camino al pueblo, con la consigna de que no lo ataran nunca lo entregó, una palmada en el lomo y una caricia en la trompa. Esa fue la despedida. Era bien sabido por él, que el perro correría alguna mala suerte si continuaba en su vida.
Se asomó por la ventana mientras sacaba su Desert Eagle, un ruido imperceptible lo alertó. Solo el ruido del paso de la gente camino a la playa perturbaba el silencio. Aunque intuía algo más. Con celeridad comenzó a prepararse, el chaleco antibalas, municiones, pistolas, cuchillo y su escopeta recortada era todo lo que necesitaba. Escuchó un siseo fuerte provenir de afuera, cerró los ojos y aguanto la respiración. En ese instante por la ventana rompiendo el vidrio entran dos flashbangs y tres granadas de gas lacrimógeno. Unos segundos después explota la puerta e ingresa la policía al grito de -“tiren las armas, es la policía”-, buscando con sus miras láser cualquier movimiento que pueda llegar a ser el objetivo. El asesino conocía muy bien la táctica de trabajo del Geop, así que era muy fácil saber como iban a actuar. Cuando explotó la puerta se escondió detrás de un sillón, de donde tenía buena visión de la situación, los tapones que se colocó en los oídos para no quedar aturdido en la explosión funcionaron bien. Apretó el botón de su control remoto y el frente de la casa desapareció en una nube de humo y escombros junto con los policías, tal fue la fuerza del explosivo plástico C4 había puesto en la entrada. Buscando la puerta que daba al patio, arrojó humo y gas lacrimógeno para tapar su huida, al salir lo recibieron con una lluvia de balas, pero gracias al humo no podían verlo, al llegar al cerco del vecino hizo explotar el resto de C4 que tenía puesto en el techo de la casa y todo se transformó en un caos.
Tosiendo por el gas hecho a correr por entre las casas lindantes, esquivando los cercos y los policías que comenzaron a perseguirlo. Ahora si que estaba acorralado, pensaba mientras ideaba un plan para poder llegar al puerto. Intentando ganar tiempo dispara su escopeta en dirección a los oficiales, sabiendo que estaban lejos para ser heridos, pero lo hacía como distracción.
Unas pocas cuadras quedaban de la salvación, podía ver el mástil de su velero anclado. Una sonrisa comenzó a nacer en sus labios cuando mirando hacia atrás ve que le perseguidor mas cerca de él, es el detective. Maldiciendo en vos alta entra en una casa pateando la puerta, un adolescente jugando en su computadora se levanta asustado y asombrado por la intromisión. El asesino lo toma dle cuello y lo lleva hasta la entrada, le indica que haga silencio mientras apunta su pistola hacia la puerta.
Gabriel
25/04/10
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