domingo, 29 de agosto de 2010

INDICIOS...18º CAPITULO

El cansancio se pintaba en su cara, harto estaba de buscar pistas que terminaban en un callejón sin salida. Dos meses llevaba su investigación y hasta ahora no encontraba ningún indicio que sirviera de algo. La frustración que tenía iba de la mano con la ansiedad que le llevó nuevamente a fumar. Una pitada al cigarrillo lo calmaba y le permitía pensar más tranquilo. Las ideas iban y venían, pero solo eran corazonadas, nada firme que le permitiera obtener aunque sea una mirada de apoyo por parte de los jefes del departamento de investigaciones. El caso, en cualquier momento se lo darían a otro investigador, tirando por tierra toda su capacidad que fue demostrado a lo largo de los años, en que una infinidad de arrestos logró el solo, con su inteligencia.
El temblor de su mano se fue calmando mientras se iba consumiendo el cigarrillo en sus labios. En la loma cercana de la casa del senador donde se cometió el crimen, pudo encontrar varias colillas de cigarrillos, ahora quedaba en manos de los peritos encontrar rastros de adn que pudiera encaminar un poco las averiguaciones.
Los restos de los cigarrillos fumados encontrados, correspondían al mismo sujeto, pero su adn no estaba dentro del registro de delincuentes que tenía la policía. Pero era un comienzo. Recordando algo, llama al departamento de delitos informáticos, pidiéndoles la información que antes había solicitado. El informe estaba listo, sospechando que encontraron algo interesante, por el tono de voz del perito, decide ir inmediatamente a retirar dicho informe.
Hasta los detalles mas pequeños estaban anotados, el modelo de la computadora, fecha de fabricación, capacidad del disco duro y cuanto pudo recuperarse de el. El informe detallado, venía en un sobre junto con un cd-rom. Frunciendo el ceño, enciende un cigarrillo mientras pone el cd en una computadora para ver el contenido, era un video. Mientras comienza el video, el perito cierra la puerta y lo deja solo, esto significaba que solo el debía verlo.
Las imágenes difusas en blanco y negro no dejaban distinguir mucho. Con mucha estática, evidentemente les costó mucho a los muchachos de informática recuperar el video luego de ser consumido por el fuego el disco duro de la computadora. El video correspondía a una filmadora de mano pequeña, en unos cuadros se distinguía como el dueño vendía droga a los que serían sus compañeros de escuela, ya que se notaba que eran adolescentes a pesar de la mala calidad de la filmación.
Luego de unos minutos de estática se ve que iban a gran velocidad en un auto de buen porte mientras reían y tomaban cerveza, mostraban con la filmadora la cantidad de latas vacías que había en el vehículo, todo esto entre risas y chistes. En un momento se enfoca el velocímetro que marcaba 140 Km., era una ruta comunal que unía dos ciudades cercanas y esto permitía que pudieran ir a altas velocidades. El conductor le pide al camarógrafo que le prepare una “línea”, el policía se imagina que debe ser cocaína lo que el muchacho enfocaba con su cámara, un papel metalizado abierto en donde un polvo blanco era revuelto con una lapicera, que luego de quitarle el tanque de tinta se convertía en un excelente sorbete. El detective se sorprendió de la habilidad que tenía para manejar a esa velocidad y aspirar cocaína al mismo tiempo. Cuando de pronto comienzan a gritar en el auto mientras este daba unos giros luego de un derrape sobre su lado derecho. El camarógrafo sacudía sus brazos en todas direcciones haciendo imposible distinguir que pasaba. El video se aclara de repente y se ve en color, la cámara solo mostraba el piso del interior del auto que ahora se encontraba detenido, cuando abre la puerta y se baja, chocamos algo –se escucha que dice.
El conductor le resulta familiar al ser enfocado, seguramente el que tenía la cámara se tocaba la cabeza para ver si sangraba y en ese gesto subió la cámara lo suficiente como para grabar al que manejaba. El video se cortaba mucho y no permitía ver lo que pasaba, en la próxima escena se puede ver un cuerpo tirado al costado del camino, una niña de unos doce años, con la correa de un perro en la mano. Se escucha de fondo varios gritos ahogados, seguramente por una mano ante el horror de lo visto. Decime que yo no iba manejando –se escucha al conductor en un ataque de nervios- repitiéndolo una y otra vez.
-Si Nacho, ibas vos manejando –le contesta su amigo con una risa histérica. Se hace un silencio.
Luego de esconder el cuerpo en la arboleda, se suben al auto abollado y vuelven a la ciudad, ya sin risas los dos. Toma su celular y marca nerviosamente…choque a alguien con el auto en la ruta –es lo único que dice.
Mientras escucha lo que le contestan, su semblante se va calmando, al cortar la comunicación le dice a su amigo –no te preocupes, papá lo va a arreglar todo.
Al terminar la grabación, el investigador llama al técnico pidiéndole que haga otra copia del video.
Fumando el cuarto cigarrillo del día, miraba atentamente la fotografía de un cadáver que estaba sobre una cama calcinada, irreconocible por las llamas. El hijo del senador.
Alguien más había llegado a esa conclusión y había tomado venganza.



Gabriel
01/09/09

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