Mientras paseaba por la ciudad, pensaba con que excusa pasaría por la tienda de Laura. Grande fue su sorpresa al verla salir de su negocio con un bolso en dirección al bosque. Decidió seguirla y entablar una conversación. La mujer caminaba rápido, conocedora de la zona se internaba entre los árboles como siguiendo un sendero inexistente. La intriga era tan grande que varias veces estuvo a punto de ser descubierto por ella al acercarse demasiado. En un claro se detiene como esperando a alguien. Prefiere esconderse detrás de un grupo de árboles y ver quien iría al encuentro de la mujer misteriosa. Por que eso generó en el, intriga y misterio.
Un hombre se acerca a ella con un sobre en la mano, un sobre muy parecido al que él siempre le daban. Del bolsillo de su campera saca unos prismáticos pequeños que siempre llevaba, al enfocar el sobre ya que a esa distancia no podía escuchar la conversación, pudo observar lo que deberían ser fotos que ella miraba atentamente. Guarda todo en su bolso y se despide del hombre con un gesto de afirmación con la cabeza.
Luego de ver el encuentro desanda sus pasos y llega pronto al pueblo antes que ella.
Esperaba sentado en la entrada de la tienda mientras fumaba un cigarrillo, la mujer aparece por la esquina y al verlo le regala una sonrisa.
-¿Otra vez aquí? –le pregunta ella.
-Me gustó mucho su tienda y vine a ver que podía encontrar para entretenerme – le contesta.
Al invitarlo a pasar la mujer deja su bolso sobre un perchero como si no tuviera nada importante dentro.
-Pensé que se había tomado el día libre –le dice el asesino mirándola a los ojos.
-Tuve que hacer unos trámites en el centro – le contesta Laura sin mirarlo.
Una mujer fascinante pensaba el asesino y que no sabe mentir, su trabajo completamente olvidado había quedado casi en segundo plano. Solo tenía en mente como lograría invitarla a cenar y poder hablar con ella en otro ambiente que no sea su tienda. Un lugar neutral.
-¿Dónde podría ir a cenar, algún lugar tranquilo? –le pregunta él casi atragantándose con las palabras.
Riéndose angelicalmente le pregunta Laura -¿Usted me quiere invitar a cenar?
Fue la primera vez en su vida que él pudo recordar que se ruborizó.
-si –le contesta tímidamente él, al mismo tiempo que pensaba que estúpido soy, mientras se da vuelta en busca de la salida.
-Cierro la tienda en dos horas, si quiere puede venir a buscarme y yo le invito una cena en mi cabaña –le dice ella mirándolo seriamente.
Al llegar a su cabaña para higienizarse y cambiarse para la cena prometida pensaba mucho sobre lo que vio en el bosque. Su pistola sobre la mesa se encontraba desarmada a la espera de la limpieza de todas las noches. Olvidando esta tarea que durante muchos años venía realizando automáticamente, decide limpiarla antes de ir a su cita.
Al terminar la tarea y antes de cerrar la cabaña para buscar a Laura en su tienda, mira un momento hacia la mesa donde descansaba su arma en una caja con candado, prefiere llevarla consigo. Nunca se sabe.
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